Una de las principales características de Cuenca es su tradición artesanal. Diversos estudiosos de las artesanías coinciden en señalar que esta particularidad profundamente cuencana se remonta a la época prehispánica, concertadamente a los pueblos de la Nación Cañari que habitaban lo que hoy es el Azuay y el Cañar, dotados de una cultura elevada en los estándares andinos anteriores a la Conquista Española, que trabajaban el oro y la plata con singular destreza y finura. También ejercían la cerámica, con la fabricación de objetos como vasijas, arríbalos, etc. de gran belleza y calidad. Laboraban la piedra, los objetos de chaquira o “mullu” y la textilería en sus telares de cintura. Las artesanías que se elaboran en Cuenca atraen a los turistas y habitantes de la ciudad, porque son una combinación creativa de nuevas ideas con técnicas ancestrales. En la ciudad funcionan más de 1 000 locales en donde se ofertan objetos con motivos de grupos étnicos. El barrio de Las Herrerías conserva aún algunos vestigios de la importancia que tuvo este tipo de artesanías en la ciudad, cuando el transporte se hacía a caballo o más frecuentemente a lomo de mula y se precisaba de herrajes y otros implementos metálicos como los estribos y frenos. La confección de polleras, atuendo tradicional de las cholas cuencanas, junto con las blusas, bolsicones, paños, fajas, etc. es otro de los rubros interesantes de la artesanía cuencana y que forma parte del acervo identitario de la mujer morlaca. Otras artesanías, éstas totalmente utilitarias, se ubican en nuestro medio en la fabricación de ladrillos y tejas y la carpintería de viviendas, con sus torneados pasamanos que han dado el perfil tradicional a las antiguas casonas de la ciudad. Cuenca es sin duda una ciudad artesanal por excelencia, gracias al talento y creatividad de su pueblo. Hace por lo tanto falta no solamente promover, sino continuar con la formación de nuevos artesanos que reemplacen a las generaciones que van desapareciendo, y con ellos el riesgo de que desaparezca su ancestral sabiduría.
Fuente: http://www.eltiempo.com.ec/
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