En
Huaquillas, provincia de El Oro- Ecuador, la fabricación de ladrillos es una actividad
tradicional que desde tiempos remotos, en la década del 50 y 60 fue iniciada
por artesanos que llegaron de diferentes sectores del país, quienes de los
moldes de adobes pasaron a los ladrillos de color naranja, allí empezó lo que
hoy son las ladrilleras ubicada en la parte baja del canal internacional, limítrofe
con el Perú.
En Huaquillas
existen unas 600 personas que elaboran ladrillo en una superficie que
abarca la zona baja de la ciudad, donde
brota el agua subterránea, crece la vegetación y permanece húmeda de la tierra.
Allí se divisan formas parecidas a unas casetas que emanan humo durante el horneado
del material. Existen unos 200 hornos que producen entre 2.500 ladrillos a la
semana.
Para elaborar
el ladrillo primero se selecciona la tierra, con un pico obtienen trozos hasta
disponer de un material manipulable, luego la mezclan con el agua, incorporan
el tamo y aserrín para conseguir una maza lista para elaborar los ladrillos con
el uso de los moldes de madera. Los ladrillos
de diversas medidas y de formas son puestos al ambiente hasta fabricar los suficientes
para someterlos al quemado en horno.
Las
madrugadas en Huaquillas se llenan del humo producto de la quema del ladrillo;
en los 200 hornos se quema el material en la madrugada, pero en invierno esta
labor se efectúa durante la mañana.
Son 24
horas el periodo de exposición de los moldes al fuego, tiempo suficiente para lograr
la firmeza en el ladrillo.
La producción
de ladrillo de Huaquillas tiene la aceptación en el mercado nacional por su
alta calidad y rendimiento, actividad a la que se dedican una gran sector de
artesanos fronterizos que elaboran este tipo de productos que es utilizado en
el campo de la construcción dando forma y estilo a la urbanidad de las grandes ciudades.
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